No hace falta alejarse mucho para comprobar cómo ha cambiado el corazón de Carbajosa. Basta con mirar algunas fotos antiguas o volver al archivo de Google Street View para darse cuenta de que algo importante ha ocurrido.
Donde antes había aceras estrechas, firme irregular y redes envejecidas, hoy hay calles accesibles, cuidadas y pensadas para las personas.
El casco antiguo del municipio ha culminado una renovación que va más allá de lo estético. En sus calles se ha ganado espacio para el paseo, se ha mejorado la conexión con la Plaza Mayor y se han eliminado barreras que durante años dificultaban el tránsito diario de muchos vecinos. El centro vuelve a respirar, pero lo hace con una imagen renovada, moderna y funcional.
El cambio arranca en la calle Salamanca, donde el adoquinado rojizo, las jardineras y la supresión de desniveles han dado paso a una zona peatonal ajardinada, amable y luminosa. A partir de ahí, otras calles como Selí, la Fuente, Duque, Chacona, Alamedas o. la Fragua han seguido la misma línea: pavimentación continua, eliminación de obstáculos y renovación de sus servicios subterráneos.
Esta transformación no se ha quedado en la superficie. Bajo el suelo se han sustituido antiguas tuberías, muchas de ellas instaladas en los años 80, por sistemas modernos y fiables. También se han soterrado instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones, liberando la vista de cables y postes para dar protagonismo al entorno urbano.
El resultado es un centro más habitable, más cómodo y más seguro. Las personas con movilidad reducida ya no se enfrentan a bordillos inestables o aceras imposibles. El tráfico rodado se ha reorganizado, los aparcamientos se han redistribuido y las calles tienen ahora un ritmo distinto, más tranquilo, más equilibrado y más humano.
Esta renovación convierte al casco antiguo en una carta de presentación para quien se asome por primera vez a Carbajosa. Un entorno cuidado, cercano y accesible que se integra con la vida diaria y mejora la experiencia de vecinos y visitantes.
Aquí, donde antes dominaba el paso apresurado o el esfuerzo por sortear baches y desniveles, ahora hay calma y paseo.
Con estas obras, el casco histórico de Carbajosa no solo ha ganado en imagen. Ha ganado en vida. Y lo ha hecho sin perder su identidad, sin renunciar a lo que fue, pero apostando por lo que ya es: un centro urbano renovado, vivo, y listo para acompañar el día a día de quienes lo habitan o lo quieren habitar.