Como cada año, el solar junto al Prado de la Vega se convirtió en punto de reunión para dar la bienvenida al verano con fuego, música y rituales.
Pero esta vez, el cielo amenazaba con agua y la organización optó por adelantar el encendido de la hoguera y el espectáculo pirotécnico, una decisión que cogió por sorpresa a buena parte del público.
El resultado fue una escena algo deslucida: muchos vecinos llegaron cuando las llamas ya eran brasas y los fuegos se habían apagado.
Pese a todo, la hoguera ardió. Y con ella, como marca la tradición, se quemaron los miedos, lo que no queremos, lo que ya no nos sirve.
En Carbajosa también se purificó simbólicamente la noche, lanzando al fuego lo que pesa y dejando sitio para empezar de nuevo.
La noche arrancó con la música de La Estrella, que volvió a estar presente en esta tradicional noche de San Juan.
Su participación, ya habitual en las celebraciones del municipio, sirvió de acompañamiento a la cita con un repertorio adaptado al entorno y al momento.
También estuvieron presentes miembros del Club Los Auténticos Moteros Carbajosa de la Sagrada, que acompañaron la celebración como ya han hecho en otras ocasiones.
La noche de San Juan sigue siendo una cita muy especial. Es el momento de los deseos, del fuego que arrastra lo malo, de ver a los niños correr entre canciones y a los mayores con la mirada puesta en el resplandor de la hoguera.
Y aunque este año el tiempo jugó en contra, la esencia sigue intacta: Carbajosa volvió a encender su noche más mágica.