La imagen habitual de una de las arterias más transitadas de Carbajosa ha comenzado a cambiar esta mañana. Allí, en Gil de Hontañón, operarios de parques y jardines han comenzado a plantar una veintena de nuevos árboles que pronto aportarán sombra, frescura y vida a la zona.
No se trata de una actuación aislada, sino de una nueva fase dentro del plan de trabajos de ajardinamiento que busca revitalizar y restaurar distintos espacios verdes del municipio.
En esta ocasión, los árboles elegidos han sido aligustres variegata y arces sacarinos, también conocidos como arces plateados. Ambos se caracterizan por su valor ornamental, su resistencia en entornos urbanos y su capacidad para crear entornos agradables y frescos en los meses más cálidos.
El aligustre es una especie de tamaño medio. De hoja perenne, destaca por su frondosidad y su resistencia a la contaminación, lo que lo convierte en un aliado habitual de las ciudades. Durante el verano, sus pequeñas flores blancas desprenden un aroma suave que contribuye a la biodiversidad local.
El arce sacarino, por su parte, es un árbol de crecimiento rápido. En otoño, sus hojas adquieren un tono dorado que transforma cualquier paisaje en una postal. Pero más allá de lo estético, su amplia copa y su adaptabilidad lo convierten en un refugio perfecto frente al calor y en un filtro natural contra el ruido y el polvo urbano.
Los trabajos de ajardinamiento continuarán en las próximas semanas en otras zonas del término municipal, consolidando así una estrategia que apuesta por un Carbajosa más habitable, sostenible y en armonía con la naturaleza.