Llegó el gran día. Los nervios, la emoción y la euforia por ver a los tres de Oriente de cerca se ha dejado notar un año más en las calles de Carbajosa. Y es que esa sensación nunca se marcha, se transforma.
Puntuales a la cita y con la amenaza de lluvia acechando, el séquito formado por más de 280 personas enfilaba la calle Gil de Hontañón presidido por la música de la Agrupación Musical "La Estrella". Detrás, coordinación y color al ritmo de las Majorettes de Carbajosa, con la veterana Mila siempre atenta.
No han faltado las novedades. Desde la suma de Asociaciones Moteras, los elementos y personajes a gran escala o la participación por primera vez del Club Majorettes Salamanca. Todo sumado al elenco tradicional de la localidad con los soldados -siempre atentos a los bajos de las carrozas-, los angelitos ayudando a los pajes reales para conseguir que nadie se quede sin su puñado de caramelos y, por supuesto, Melchor Gaspar y Baltasar; los tres grandes protagonistas.
Una cita más en la que el compromiso de los más jóvenes con su municipio volvió a quedar patente. Desde los chicos y chicas del programa municipal CiberCarba hasta el grupo de voluntarios que han dado vida a los cabezudos. Desde el tren de la familia Divertilandia y a pie, respectivamente, todos ellos se han esforzado para sumar magia a una tarde cargada de ilusión. Un evento dirigido a todos, pero siempre con la mirada puesta en los más pequeños.
A ellos, a los más pequeños, se han dirigido Sus Majestades tras la exhibición de la Asociación Cultural. Desde el balcón del Consistorio y acompañados por miembros de la Corporación Municipal, se han dirigido a cientos de vecinos recordando a Carbajosa como un refugio y hogar para la infancia, y dirigiéndose a los adultos para que no pierdan la ilusión para finalizar haciendo un guiño a las visitas de esta noche, donde piden que no falte el agua para los camellos, la leche y las galletas para reponer fuerzas.
Antes de continuar el desfile por la calle Santa Marta, la Plaza del Ayuntamiento se convirtió en una lluvia de monedas de chocolate y pompas de jabón.
Más allá del espectáculo, la seguridad jugó un papel crucial. La Policía Local de Carbajosa, los Voluntarios de Protección Civil, los equipos sanitarios, y los incombustibles "chalecos amarillos" garantizaron que todo transcurriera sin contratiempos de manera milimetrada. Protagonistas también los profesionales de limpieza quienes, en tiempo récord, devuelven la total normalidad a las calles para que sea mínimo el rastro de suciedad tras el desfile.
Ahora sólo queda esperar a que amanezca para comprobar cuantos de nuestros deseos harán realidad los tres procedentes de Oriente.