Después de varios días en los que el colorido es uno de los protagonistas, el Carnaval llega a su fin y desde los más grandes a los más pequeños ya piensan en los disfraces del año que viene. Eso sí, primero hay que “enterrar la sardina”.
El Entierro de la Sardina se define como el último resquicio que queda cada año de los carnavales, una tradición repleta de ironía con la que se conmemora el fin del Carnaval. Sin duda, uno de los momentos más míticos de cada año que tiene como protagonista un entierro, una sardina y personas vestidas de luto con un gran toque de humor irónico.
El desfile partió, a las 20:00 horas, desde la Plaza del Ayuntamiento, con una comitiva dirigida por el programa municipal Ciudad de los Niños que lloraban ante la imagen de una sardina de grandes dimensiones, elaborada por ellos mismos y portada a hombros hasta llegar a la parcela de la calle Juan de Herrera (junto al Prado de la Vega), donde fue quemada ante el público asistente.
Esta actividad cierra el programa de actividades de Carnaval organizado desde el Consistorio.
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