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De 168.000 a más de 230.000 euros: el salto silencioso del precio de la vivienda en Carbajosa

La cercanía a Salamanca, la mejora de servicios y la presión del alquiler elevan los precios hasta cifras impensables hace solo una década.
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Imagen capturada de Google Maps sobre la construcción de viviendas residenciales en el año 2008  

Hace poco más de tres lustros, cuando el boom del ladrillo aún no se había resquebrajado, una familia podía aspirar a una vivienda de tres dormitorios con ascensor y garaje en Carbajosa por unos 168.000 euros de salida.

 

Era una época en la que la localidad, a las puertas de la capital, crecía con fuerza, impulsado por la expansión de los núcleos urbanos y la búsqueda de viviendas más amplias y asequibles que las que se ofrecían en el centro de Salamanca.

 

Hoy, esas mismas viviendas, idénticos metros cuadrados, similares calidades, misma ubicación, no bajan de los 230.000 euros.

 

El incremento, de más del 35%, se ha producido de forma progresiva pero sostenida, y se ha acentuado especialmente en los últimos cinco años, coincidiendo con la reactivación de la demanda residencial tras la pandemia y la estabilización de los tipos de interés, pese a su posterior encarecimiento.

 

Según el portal Idealista, el precio medio del metro cuadrado en Carbajosa alcanzó los 1.417 euros en mayo de 2025, muy por encima de la media provincial y solo superado por zonas muy concretas de la capital.

 

La tendencia se consolida

 

Frente a los 1.200 €/m² registrados en 2022 o los 1.000 €/m² de 2018, el mercado local se ha encarecido un 40% en siete años. Los datos reflejan algo más que cifras: evidencian que Carbajosa ya no es solo un lugar de paso o expansión, sino un polo residencial con identidad propia, atractivo para familias, jóvenes profesionales y personas que buscan calidad de vida sin alejarse de Salamanca.

 

El mercado de alquiler no ha permanecido ajeno a este fenómeno. Al contrario, muestra signos claros de presión y escasez. Un piso de dos dormitorios y 72 metros cuadrados supera ya los 630 euros mensuales. Por una vivienda de una habitación y apenas 50 metros se piden 480 euros, cifras impensables hace una década en un municipio que entonces se consideraba “asequible”.

 

Y en casos de viviendas amuebladas o bien ubicadas, los precios pueden llegar a los 700 euros mensuales, según agentes inmobiliarios consultados.

 

Para muchas personas, especialmente jóvenes que inician su vida independiente o parejas con sueldos medios, estos precios resultan directamente prohibitivos. El alquiler, que hasta hace poco era la alternativa para quienes no podían permitirse una hipoteca, empieza a ser una carrera de obstáculos incluso en municipios del alfoz.

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Imagen capturada de Google Maps sobre la construcción de viviendas residenciales en el año 2008

Las razones de esta escalada son múltiples

 

Por un lado, Carbajosa ha experimentado una importante mejora en sus infraestructuras: cuenta con todos los servicios necesarios, amplias zonas verdes, colegios, instalaciones deportivas, una red viaria moderna y conexiones fluidas con Salamanca.

 

Pero, al mismo tiempo, la oferta de vivienda nueva es limitada. Los suelos disponibles son escasos y las promociones que salen a la venta se agotan con rapidez.

 

Muchas de ellas se venden sobre plano, y los precios ya no parten de los 168.000 euros, sino de 240.000 o incluso 250.000 euros por viviendas similares a las de 2008. La demanda, empujada por la cercanía a Salamanca y el boca a boca entre quienes ya viven en Carbajosa, supera con creces la oferta.

 

Por otro lado, los inversores también han puesto el ojo en el municipio. Al tratarse de una zona con alta demanda de alquiler y bajos niveles de morosidad, es atractiva para quienes buscan rentabilidad comprando para arrendar. Esta dinámica reduce aún más la disponibilidad de viviendas para residencia habitual.

 

Expertos inmobiliarios advierten de que, si no se toman medidas para equilibrar el mercado, como planes de vivienda protegida, bonificaciones para jóvenes o nuevas promociones ajustadas a la demanda real, el acceso a la vivienda en Carbajosa seguirá restringido a quienes cuenten con ingresos altos o recursos familiares de respaldo.

 

“El problema ya no es solo de Salamanca capital. Se está extendiendo al alfoz”, señalan.

 

El cierre lógico de esta historia lo dicta la propia calle

 

Carbajosa sigue siendo una de las opciones preferidas para vivir en Salamanca, por su equilibrio entre ciudad y tranquilidad, por su crecimiento ordenado y su buena dotación de servicios.

 

Pero cada vez son más los que, queriendo vivir aquí, no pueden permitírselo. La localidad que fue símbolo de expansión urbanística ahora lidia con un reto más complejo: que sus puertas no se cierren, por razones económicas, a quienes quieren hacer de ella su hogar.

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