Cuando pasaban pocos minutos después de las 11:30 horas de la mañana de este martes, la localidad ha sido testigo de un acontecimiento largamente esperado: la instalación de una escultura en la nueva rotonda de la calle del Arroyo con la calle Carpihuelo. Tras meses de obras, que no han causado precisamente pocas quejas y expectación, finalmente los operarios han colocado la pieza artística, que desde hoy ya es parte del paisaje vial.
El monumento, la escultura de una encina fabricada en palastro oxidado para mantener su color natural, mide 2 metros de alto por 2 de ancho y pesa aproximadamente 1.100 kilogramos. Esta elección no es casualidad: la encina, conocida como «carbajo» en la región, está profundamente arraigada en la identidad local, simbolizando fuerza, sabiduría y conocimiento, características que comparte con el hierro utilizado en su confección.
La reordenación del tráfico que comenzó en mayo de 2023, junto con el asfaltado de las principales arterias, ha culminado con la instalación de esta glorieta. Diseñada para ordenar y asegurar el tráfico en una zona anteriormente caótica, la rotonda ha mejorado la maniobrabilidad en este cruce crítico, además de lograr ampliar la seguridad para conductores y peatones por igual.
Curiosamente, esta no es la primera vez que una escultura de encina adorna una glorieta en Carbajosa. A menos de 800 metros de distancia, otra rotonda ya exhibe un árbol similar, lo que ha llevado a algunos vecinos a comentar con humor que «aún nos queda una encina por ubicar» en la localidad, en alusión al escudo de la localidad que muestra tres de estos árboles.
Ya en su momento, los técnicos municipales confirmaron a Carbajosa Noticias la eficacia de la nueva disposición vial, la cual se hizo definitiva el pasado 29 de noviembre. Ahora, está prevista la instalación de un tapiz de césped artificial en los próximos días para completar la estética de la rotonda.
La empresa local encargada del diseño y fabricación de la escultura, Fundición y Forja Pacheco, bajo la dirección del técnico Jesús Gil, ha destacado el simbolismo de la encina y su importancia cultural y natural, lo que refuerza el vínculo entre la sociedad de Carbajosa y su entorno.