Cualquier aglomeración multitudinaria de personas siempre provoca más trabajo para los servicios de seguridad y sanidad, pero también para quienes después se encargan de devolver las cosas a su estado original.
Los trabajadores de la limpieza también tienen su ración extra de labor para dejar el municipio en general y el Recito Ferial en particular, impolutos.
Plástico, mucho plástico. Entre vasos y restos de bolsas del supermercado también se mezclaba alguna botella de cristal. Por eso, cepillos y palas en mano, consiguen que el entorno recupere su imagen habitual antes de que un solo vecino haya ido a por el primer café de la mañana.
No siempre los vemos, pero siempre están.
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