Mayte Aparicio: “Me mantendré en el barco hasta el final, hay muchas familias en juego”

“Indignación y pesadumbre”. Es el sentimiento imperante entre los hosteleros después de que la Junta haya anunciado un nuevo cierre del interior de bares y restaurantes para hacer frente a la tercera ola de la pandemia de coronavirus. 

El augurio que lanzó el sábado Francisco Igea, se ha cumplido sin llegar siquiera al Consejo de Gobierno del jueves. En apenas 72 horas desde el pasado viernes, los indicadores han evolucionado a una velocidad insólita y han provocado una reunión de emergencia del equipo de Gobierno de la Junta que ha decidido activar las medidas previstas para el nivel 4 en toda la comunidad.

Mesón El Zurguén, es el establecimiento hostelero por excelencia del municipio y con ello, unos de los grandes afectados ante la nueva medida impuesta por el Gobierno Autonómico de Castilla y León. 

Una vez más, bares y restaurantes sólo tendremos permitido abrir el interior para atender los pedidos a domicilio y la apertura de las terrazas contiene limitación del aforo al 50%. A mayores, los compañeros que hayan invertido en cerramientos o carpas no les permiten hacer uso de ello ya que la medida expresa, que deben ser terrazas abiertas y sólo con cortavientos, en ningún caso cerradas. El sector no podrá soportar mucho más tiempo este tipo de dificultades, explica la propietaria.

Asimismo, se quejan de que las ayudas siguen sin llegar y se preguntan cómo tendrán que gestionar ahora los ERTES de sus empleados. Muchos desconocen si serán por limitación o por causas de fuerza mayor, es decir, si depende de si las cotas de la Seguridad Social del trabajador quedan exoneradas o las paga la empresa.

"Esta decisión del Gobierno Regional va a ahondar todavía más en la precaria situación económica por la que estamos atravesando los hosteleros, muchos de los cuales, han tenido que cerrar y otros sobrevivimos como podemos".

Mayte Aparicio, explica para Carbajosa Noticias, que su establecimiento se mantendrá abierto con ella al frente y que, pese a las circunstancias, no se le pasa por la cabeza tirar la toalla: “me mantendré en el barco hasta el final, hay muchas familias en juego”.

Con lágrimas en los ojos y la mirada puesta hacia un futuro incierto, Aparicio, confía en que vecinos y amigos del municipio harán una apuesta firme por empujar la hostelería local y no dejarla de lado ante una situación tan crítica. Estaremos abiertos y os necesitamos con nosotros, concluye.