Está claro que no se le puede pedir peras al olmo y que no vamos dejar de vivir el incivismo de la chavalería que usa los parques. Nuestros pequeños no pueden hacer uso de ellos de manera cívica, pero los adolescentes de nuestro pueblo si lo pueden hacer y además, para dejar después su paso por allí de la forma más lamentable.
Marisa Bernal