La más corta del año y también la más mágica. Carbajosa lo ha celebrado y, probablemente, con más ganas que nunca.
Tras dos años con las hogueras (y la fiesta) apagadas como consecuencia de la pandemia del coronavirus, está cita ha contado con un buen número de asistentes.
Desde las 23:00 horas, el solar anexo al Prado de la Vega, ha disfrutado en compañía de vecinos y visitantes de un pasacalles compuesto por zancos, malabares y pirotecnia.
Un esperado encendido, que la lluvia presente durante la tarde no pudo aguar, que permitió lanzar al fuego los deseos y anhelos.
Una tirada de fuegos artificiales llevó la mirada de los presentes al cielo mientras el chisporroteo de la madera ardía dejando atrás todo lo viejo y abriendo los brazos a lo nuevo y bueno que estará por llegar.
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